Cuando practicamos actividad física nos sentimos mejor, estamos más felices, rendimos más, nos concentramos en una actividad por más tiempo… y también hay un efecto importante en nuestro cerebro que puede llegar a modificar su estructura y funcionamiento.
¿Cómo se llega a esta conclusión? Un grupo de científicos de la Universidad de Uppsala, en Suecia, preguntó a 331 hombres y mujeres de 75 años acerca de la cantidad de ejercicio que realizaba semanalmente. Clasificaron los niveles de esa actividad como ligera (como caminar o practicar la jardinería) o intensa (nadar, correr…) siempre que se realizaran durante un mínimo de 30 minutos. Además, este grupo de personas mayores se sometió a una evaluación de varias de sus capacidades mentales así como a una prueba de resonancia magnética que permitiese analizar la estructura de sus cerebros.
Los resultados de esta investigación mostraron que el nivel de actividad física se relacionaba positivamente con un mejor estado cognitivo general y con una mayor fluidez verbal, al mismo tiempo que volvía a los sujetos más activos más rápidos en la resolución de una tarea de atención alterna y memoria. Al analizar las imágenes de resonancia magnética, se observaron mejoras en una zona conocida como el precuneus, la cual se afecta significativamente en la enfermedad de Alzhéimer.
Los científicos llegaron a concluir que el ejercicio físico podría considerarse como uno de los componentes del estilo de vida más relevantes relacionados con la salud cerebral en personas mayores.
Así que ya saben, el deporte no solo nos hace más sano. Si no que nos asegura una vejez más lúcida.