La mayoría de los padres celebramos cuando nuestros hijos empiezan a jugar de manera independiente o con sus hermanos. A fin de cuentas nos da unos minutos de tranquilidad o tiempo para hacer otro tipo de cosas. Definitivamente es importante que nuestros hijos aprendan a jugar solos pero eso no significa que todos sus juegos tienen que ser así. Es importante que juguemos con nuestros hijos ojalá diariamente. Sin embargo para muchos papás es difícil tomar el rol de “hacer el loco” y sacar afuera su lado más juguetón.
Es importante que tengamos claro que no es necesario hacer un súper show dentro de nuestra casa pero aquí les dejamos tres razones por las que es importante, de vez en cuando, salir de nuestra zona de confort y jugar a la par con nuestros hijos.
- El juego crea conexiones emocionales: la mayor cantidad de interacciones que ocurren entre nosotros y nuestros hijos son de dar instrucciones, corregirlos y dar ordenes “Tómate la leche”, “Acuérdate de hacer las tareas”, “Deja de pelear con tu hermano”, etcétera, etcétera, etcétera. Este tipo de interacción generalmente llama a que nuestros hijos tengan una “lucha de poder” con nosotros. El juego no tiene este problema, es solo reírse y pasarlo bien que es donde se hacen realmente las conexiones emocionales. Con solo 10 o 20 minutos al día en que dediquemos a jugar harán maravillas en la relación emocional que desarrollemos con nuestros hijos.
- Estamos menos pendientes de los malos comportamientos: si estamos jugando nuestra atención está puesta más que nada en lo positivo del momento lo que hace que estemos menos preocupados de lo que hacen mal y damos un tiempo positivo a ellos.
- El juego hace que tengamos hijos más cooperadores: en la medida en que dediques tiempo a tus hijos y por ende cumplas con sus necesidades de atención y conexión te vas a dar cuenta que tus hijos se ponen más cooperadores en el día. En la medida que su necesidad de atención se vea satisfecha ya no tendrá la necesidad de pelear contigo para que le dediques tiempo (aunque sea a vista tuya un tiempo desagradable).