Cada vez aplazamos más la maternidad. El trabajo, los proyectos personales, viajes y tiempo en pareja son algunas de las razones para ser madres en edades más tardías. Es una decisión personal y profunda que implica enfrentarse a ciertas realidades:
– Quedar embarazada después de los 35 años cuesta un poco más de trabajo. Alrededor de los 30 años tu fertilidad se reduce, tus óvulos disminuyen en número y en calidad. Además, los cambios hormonales hacen que ovules menos frecuentemente. Por eso puedes tardar un poco más de tiempo intentando quedar embarazada.
– Con la edad, la posibilidad de tener complicaciones durante el embarazo aumenta.
– Tienes más riesgos de desarrollar diabetes gestacional, que es la que aparece durante el embarazo. Si no se controla, tu bebé puede crecer más de lo normal y pueden surgir problemas durante el parto.
– Aumentan los riesgos de que tu bebé tenga defectos de nacimiento, el mayor temor de muchas mujeres a esta edad. Eso se debe a que cuando el óvulo es fecundado y empieza a dividirse para formar a tu bebé, puede tener una distribución anormal de cromosomas, lo que puede provocar por ejemplo el Síndrome de Down, que es el problema más común.
– Existe mayor riesgo de que ocurra un aborto espontáneo. Si el 15% de las mujeres que están en los veinte tienen riesgo de abortar, cuando tienes más de 35 el riesgo aumenta a un 25%.
Ya sabes cuáles son los riesgos y como tales, existen formas de prevenirlos si sigues ciertos cuidados:
– No dejes de asistir a todas y cada una de los controles.
– Lleva una dieta rica en calcio, hierro y vitaminas. Incluye muchas frutas y verduras y toma mucha agua. Es muy importante que controles la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre para evitar complicaciones.
– Haz ejercicio para evitar subir de peso de forma exagerada. Si hacías ejercicio antes de quedar embarazada, puedes seguir con tu rutina ajustándola a los cambios de tu cuerpo y tomando las precauciones que te recomiende tu médico. Si por el contrario, no eras activa antes de embarazarte, puedes incorporar actividades leves.
– Asegúrate de tomar ácido fólico y vitaminas prenatales.
– No fumes ni tomes bebidas alcohólicas.
– Infórmate acerca de los exámenes prenatales que podría sugerir tu médico para evaluar la salud de tu bebé para la detección de defectos de nacimiento como el Síndrome de Down.