Hoy quiero compartir con ustedes algo muy personal. Generalmente cuando estamos ad portas de un nuevo cumpleaños, comenzamos a mirar hacia atrás y ver que ha sido de nuestra vida este último año. Pero algunas veces, nos vamos hacia más atrás, y en cierto momento esa mirada, se convierte en un análisis más profundo de nuestros aciertos y errores.
Una vez alguien me dijo que es mejor arrepentirse de algo que hiciste que de lo que dejaste de hacer. En ese momento, no le tome el peso a esa frase. Era chica y la verdad es que mis preocupaciones no eran para nada algo que me quitara el sueño.
Hoy miro hacia atrás y me doy cuenta de que esa frase, me llegó muy profundo. He vivido mi vida a concho. He hecho lo que me he propuesto y mucho más. Pero también me he caído y he cometido errores. He sufrido y he llorado. Pero gracias a eso, hoy soy una mujer plena y feliz. Y cuando me doy estos tiempos de análisis, me doy cuenta de que no me arrepiento de ninguna decisión tomada, y si cometí algún error, que de seguro son varios, eso me llevó a tener la vida que tengo hoy.
Ninguna historia puede mirar el futuro desconociendo su pasado. Y cada una de nosotras tiene su propia historia. Cada decisión que hemos tomado en la vida, nos ha llevado por caminos distintos. Caminos más turbulentos o caminos hermosos. Y cada una de esas decisiones, nos han hecho crecer como mujer y persona para poder pararnos frente al mundo y sentirnos orgullosas de lo que hemos logrado.
Eso es lo más importante. No permitamos que los errores que podamos haber cometido en nuestro pasado, minen nuestra posibilidad de ser feliz en nuestro presente, aquí y ahora, y menos ponerle trabas a nuestro futuro. El futuro lo tenemos en nuestras manos y es nuestra labor ir construyendo paso a paso cada elemento de él.
La vida muchas veces es injusta. Tenemos esa sensación de que premia al que no lo merece y a otros los castiga de forma tan dura que no es comprensible. Vemos abusos, desconfianzas, pérdidas de fe y de amor que nos van desalentando en nuestro camino. Debemos ser más que eso. Debemos ser fuertes y firmes para dar pasos seguros hacia nuestro futuro y transmitirlo al resto.
Mirando hacia atrás, estoy más que feliz con lo que hecho. Con la locura de la llegada de los hijos, hace rato que no me daba el tiempo para hacer este análisis. Quizás, hoy que ya tengo mayores experiencias y más cosas que he vivido, este análisis se ha remontado a prácticamente toda mi vida.
He viajado, me he enamorado, me case, he sido mamá, no sólo una sino que dos veces, he reído y he llorado. Pero de lo que estoy segura, es que esa frase la he llevado en cada año de mi vida y nunca me he arrepentido de algo que no haya hecho. Me puedo arrepentir de haber hecho cosas equivocadas, pero insisto, que hoy no sería la misma si no fuera por ellas.
Hoy las quiero invitar a vivir la vida con todo. Pero cada cosa a su tiempo. No hay que apurarse, porque la vida pasa tan rápido que no nos damos ni cuenta y muchas veces dejamos de pasar por etapas importantes. Las invito a no arrepentirse ni mortificarse por algo que ya no se hizo en el pasado y que, en consecuencia, ya no se puede hacer hoy. Las invito a reflexionar sobre las decisiones que han tomado y a mirar el futuro aceptando el pasado. Es la única manera en la que se puede avanzar tranquila y con seguridad.
La vida es una y es bella. Y el momento es aquí y ahora y debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para aprovechar cada minuto y cada instante, porque todo eso contribuye a lo que siempre estamos buscando: la felicidad nuestra y de nuestros seres queridos.