Ya nos acostumbramos a que nuestros pequeños hijos manejen las pantallas mejor que nosotras. Se sientan frente a un smartphone o un tablet y saben perfectamente qué hacer, buscar juegos, dibujar, escuchar música… muchas veces la tecnología nos ayuda a neutralizarlos un rato y darnos minutos valiosos de tranquilidad. Pero ¿es beneficioso para su aprendizaje?
Un estudio de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, descubrió que los niños de entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles que a las que no requieren de interacción (como la televisión). Según la investigación, mientras más interactiva y más real sea la pantalla, más familiar se siente desde la perspectiva de un niño de dos años.
Con los resultados concluyen que las pantallas táctiles pueden tener un uso potencial para la educación de los más pequeños de la casa, de hecho existen datos de muy buenos resultados en el aprendizaje del habla.
Pero ¿Qué herramientas les entrega la tecnología a los niños? Principalmente información. En las pequeñas pantallas encuentran colores, formas y sonidos que son pensados para estimularlos y por lo tanto, les entrega experiencias de aprendizaje significativas.
Claro está que estos beneficios que nos entrega la tecnología son considerando siempre la supervisión de un adulto y entregando aplicaciones que corresponden a su edad. Siempre que un niño se enfrente a la tecnología debe estar cerca de un adulto responsable que vigile los contenidos a los que está accediendo.