Familia

¡Ser padres nos haría ser más inteligentes!

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Todos lo sabemos: ser padres nos hace más responsables, más conscientes, más maduros, más sensibles, más preocupados y una larga lista de más cosas en los que nos hace mejores personas. Lo interesante es que hay estudios que demuestran que la maternidad y la paternidad nos haría más inteligentes.

Según un estudio publicado en la revista Scientific American.com, se ha demostrado que las ratas madres superan a aquellas que no lo son al ser enfrentadas al desafío de capturar la presa en un laberinto. Al parecer estos avances son duraderos y permanecen hasta la vejez.

Este es un de los tantos estudios que han llevado a los científicos a concluir que los  cambios hormonales que se producen en el cuerpo de las madres, llegan a producir cambios en algunas regiones del cerebro implicadas en la regulación de comportamientos maternales como la capacidad de protección.

Y los papás no quedan fuera de esto, investigadores de la Universidad de Princenton han encontrado que la estructura del cerebro de los monos titís es distinta en aquellos que son papás en comparación con los que no lo son. También hallaron que los primeros eran más receptivos a una hormona relacionada con el aprendizaje. Según los autores, estos resultados son los más cercanos a los humanos, es por ello su relevancia.

El estudio comprueba que “la experiencia de ser papá altera dramáticamente regiones cerebrales que son importantes para la cognición”. Parece ser que los monos titís papás tienen una mayor densidad de dendritas, las ramificaciones de las neuronas implicadas en la recepción de estímulos; es decir quiénes son padres tienen una mayor densidad de conexiones en la región cerebral relacionada con la cognición.

Y hubo más hallazgos. Los investigadores también encontraron que los cerebros de los titís papás tenían más receptores de una hormona, que en los humanos es crucial para el aprendizaje y la memoria, la cual se postula que participa en la conducta paterna y la formación de lazos sociales. Eso significa que sus cerebros podían procesar una mayor cantidad de esta sustancia química que los de los que no eran padres.

¿Interesante no? Es lógico pensar que la revolución hormonal que vive nuestro cuerpo en el embarazo influya en nuestro cerebro y nos haga más hábiles en ciertos temas. Nos damos cuenta de ello desde el primer día de vida de nuestro primer hijo, de un momento a otro podemos hacer aun más cosas por minuto y reaccionar frente a miles de estímulos más. Lo extraordinario es darnos cuenta que el cerebro de los hombres también sufre modificaciones positivas con la paternidad. Así que la invitación, como siempre, es hacer presente a los padres en la crianza diaria de los niños.

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