Probablemente la gran meta que todos los padres tenemos es que nuestros hijos sean exitosos en la vida. Y con esto no nos referimos solo a lo económico, sino que a todos los ámbitos de la vida. A fin de cuentas lo que buscamos es que sean felices y eso se logra si son capaces de ser exitosos en el proyecto de vida que ellos se propongan y los haga sentirse realizados.
Lograr esto no es fácil y requiere de perseverancia, dedicación y confianza en que los esfuerzos que hacemos hoy traerán sus beneficios en el futuro.
Aquí les dejamos 6 cosas respaldadas científicamente que como padres podemos hacer para que nuestros hijos lo logren.
- Enseñarles habilidades sociales: aunque es parte del ser humano ser social las formas que son aceptadas y valoradas por la sociedad no son naturales y hay que enseñarlas. Un estudio de la Universidad de Duke mostró que los niños que tenían la habilidad de cooperar con sus pares, entender las emociones de otros y trabajar para solucionar sus propios problemas eran adultos más exitosos que aquellos que no tenían esas habilidades. Los niños a los que no se les enseñó las habilidades de ser cooperadores y pacientes fueron niños que cayeron más fácilmente en el abuso de droga, del alcohol e incluso presos.
- Tener expectativas altas de ellos: Los niños quieren lograr ser lo que sus padres esperan de ellos y por lo tanto debemos tener altas expectativas. Un estudio de la Universidad de Los Angeles donde se investigaron a mas de 6000 niños de kínder mostraron que cuando los padres creían que sus hijos iban a estudiar en la universidad los niños tenían mejores resultados en las pruebas estandarizadas que aquellos niños que sus padres eran indiferentes a que sus hijos estudiaran más allá del colegio.
- Conseguir mejores niveles de educación: no solo es importante tener altas expectativas en nuestros hijos sino también esforzarnos por tener un buen nivel educativo como padres. Un estudio de la universidad de Michigan demostró que los niños tienden a querer igualar o superar el nivel educativo de sus padres. Lamentablemente este estudio también demostró que aquellos que quedan embarazados y dejan de lado sus estudios tienden a criar hijos que terminan dejando sus estudios también.
- Construir una relación sólida con los hijos: todos los puntos mencionados antes solo se pueden llevar a cabo si es que uno tiene una buena relación con sus hijos. Teniendo una buena relación con nuestros hijos (no implica ser el mejor amigo) nos permitirá tener una base sólida donde nuestros hijos puedan levantarse para tener una vida exitosa. Con ella los padres podemos comenzar enseñando las habilidades sociales que son necesarias para ser exitoso. Además permite maximizar las potencialidades de nuestros hijos poniendo expectativas altas y por último, estando ahí para celebrar sus logros hace que los niños descubran la recompensa del esfuerzo y el trabajo duro es el sentimiento de que se ha logrado una meta.
- Ser menos estresado: los papás que están generalmente estresados por el trabajo, el colegio o la vida familiar terminarán finalmente pasando su estrés a los hijos. Una cantidad razonable de estrés puede ser una forma saludable de motivar a lo niños pero mucho estrés puede ser todo lo contrario a saludable. Se llama “padres helicópteros” a aquellos padres que están tan estresados respecto a la vida de sus hijos que terminan convirtiéndose en padres sobreprotectores, con lo cual agregan estrés a sus hijos en cada paso que ellos dan. Como papás definitivamente nos veremos enfrentados a un sinnúmero de situaciones estresantes en nuestras vidas sin embargo nunca debes dejar que tus niños vean que tan cerca del punto de quiebre estas.
- Valora el esfuerzo por sobre el talento innato: recalcar los talentos de nuestros hijos es algo natural en los padres. Saber que nuestros hijos son grandes músicos o excelentes atletas lógicamente nos hace sentir orgullosos. Sin embargo, premiarlos por algo natural en ellos puede incluso hacerlos desarrollar una forma de pensar en que creerán que o son naturalmente talentosos o definitivamente no son buenos para algo. Por otro lado, premiarlos por el esfuerzo que han puesto para terminar una tarea determinada hace que desarrollen la idea de que pueden convertirse buenos en algo si ponen todo de su parte en ello. Con poner el valor en su esfuerzo hacemos que cambien de pensar “No puedo hacer esto” a “No puedo hacer esto…. Todavía”
Queremos dejar claro que cuando en el artículo cuando hablamos de premiar no nos referimos a tener que darles alguna recompensa material sino que puede ser un gesto de cariño, un reconocimiento en torno a la mesa familiar o cosas por el estilo.
(Basado en el texto de Matt Duczeminski en Lifehack.org)