Hijos

Retrasos en la grafomotricidad en los niños

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Tenemos claro que los niños son todos distintos y que su proceso de aprendizaje también lo será. Como papás, y también las tías del jardín, tenemos una gran oportunidad de evaluar si a nuestro hijo le cuesta más dibujar, recortar, pintar, ponerse la ropa, entre otras actividades que necesitan una coordinación motriz más fina y coordinación óculo-manual.

Cuando un niño presenta problemas en esta área, llama la atención que sus dibujos son escasos y con pocos recursos. Les cuesta motivarse en tareas que tengan relación con coordinación grafomotriz. Si logran incentivarse, duran poco rato concentrados, hacen todo “a la rápida” y de manera poco prolija para terminar lo antes posible.

Otra cosa que puede darte pistas sobre este tema es que no organiza bien el espacio gráfico: no respeta los márgenes, dibujos poco reconocibles y las líneas poco controladas. Debes observar y poner atención a los dibujos de tu hijo, porque si estos problemas no son tratados a tiempo cuando los niños tienen mayor plasticidad cerebral para aprender, es probable que en la edad escolar presente problemas en la escritura, como: problemas de caligrafía, letra ilegible, fatiga al escribir, entre otras.

El trabajo en la casa es súper importante, porque todo tiene que ver con estimulación. Se debe ser muy sistemático en realizar actividades que supongan coordinación ojo-mano. Deja que dibuje de manera espontánea y no lo critiques o corrijas, si no que utiliza la técnica de sugerir: ¿qué te parece si a este niño le hacemos ojos para que pueda ver? Siempre es importante que perciban que esto es un juego, de manera natural y lúdica.

El cerebro de los niños durante este período preescolar esta sensible para desarrollar la grafomotricidad, que es de vital importancia para la capacidad de aprender futura.

Ten siempre a disposición de tu hijo materiales atractivos que llamen su atención; lápices, pinceles de distintos tamaños y formas; rompecabezas; juegos de construcción. Todo esto va ayudando y estimulando el cerebro en las zonas adecuadas.

Entre los cuatro y cinco años también es bueno que comiencen a acercarse de a poco a la escritura dibujando líneas o trazos más definidos, siempre de izquierda a derecha. Patrones de figuras para comenzar a copiar y conocer su nombre.

Siempre debes valorar el esfuerzo que realizan en vez del resultado para que se sienta motivado a seguir avanzando en otras tareas. Nunca olvides que el juego es parte fundamental del aprendizaje y mientras más lúdico sea, mejor logrado e internalizado estará lo aprendido.

Basado en el libro “¿Quién dijo que era fácil ser padres” de Neva Milicic y Soledad López de Mérida

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