Salud

¿Qué es la mastitis y por qué se produce?

Cuando nace nuestro hijo y comenzamos el proceso de lactancia, a algunas puede sucederle que sienta sus pechos adoloridos, afiebrados, enrojecidos y no tener claro la razón de esta situación.

Bueno, puede ser que estés en presencia de “mastitis”, la que puede ocurrir en cualquier fase de la etapa de lactancia.

Es importante conocer más sobre este tema para que sepamos cómo actuar si presentamos síntomas. Para eso, conversamos con el Ginecólogo Nelson Burgos, de la Clínica Avansalud que nos dio una radiografía de la mastitis.

¿Qué es la mastitis?

Se puede definir como: Inflamación de la Glándula mamaria, que puede ser aguda o crónica, localizada o generalizada. Se caracteriza por dolor, enrojecimento de la piel, aumento de volumen, endurecimiento de la zona, con o sin presencia de pus y asociarse o no a la presencia de fiebre.

¿Cómo se produce?

La mastitis aguda, que es la más conocida y se asocia a la mujer que esta en lactancia, se produce por la entrada de bacterias a los conductos y la glándula mamaria. Para que esa situación se de, deben existir dos condiciones básicas, que son: congestión de leche de alguna zona de la mama y la presencia de succión del bebé que provoca pequeñas heridas, por donde entran las bacterias hacia la zona congestiva. Estas bacterias se multiplican y crean el proceso inflamatorio con o sin formación de pus. Si existe gran acumulación de pus se forma un absceso.

La mastitis crónica que es principalmente de las mujeres que no están en lactancia, su origen principal es por obstrucción de los conductos mamarios, con reacción inflamatoria alrededor de la areola, con y sin formación de pus y otras formas más raras son las mastitis granulomatosas, que se provocan por infecciones crónicas como la tuberculosis y corinebacterios, así como cuadros inmunológicos y las idiopáticas (que no se idéntica la causa).

¿Qué medidas de precaución podemos tomar para evitarla?

Para las mastitis agudas, se debe evitar la congestión mamaria, tratando de lograr un buen vacío de la mama. Si se produce congestión, puede ser útil aplicar calor local. Lograr una adecuada succión del bebé, evitando que rompa el pezón, para lo cual es importante manejar una buena técnica de lactancia. Mantener un pezón bien lubricado y tener una ingesta adecuada de líquidos. Puede ser útil la aplicación de luz en la zona del pezón.

¿Cómo afecta a la lactancia?

El proceso inflamatorio puede provocar dolor, lo que dificulta a la madre ponerse el bebe en la mama. Si la mastitis provocó un  absceso, la presencia de parches puede obstruir la salida de la leche o la succión del bebé. Cabe destacar que la mastitis y el drenaje de un absceso no significan suspensión de la lactancia.

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento consiste en medidas preventivas como: evitar la congestión con un buen vaciamiento de la glándula, buena técnica de lactancia, aseo de manos  e ingerir abundante líquido.

Se aconseja utilizar calor local, lo que mejora el vaciamiento.

Uso de antiinflamatorios y analgésico como primera línea farmacológica, su uso disminuirá el dolor y  la presencia de fiebre si existe.

El uso de antibióticos debe ser de inicio precoz, si el médico identifica un cuadro infeccioso, diferenciándolo de una simple congestión. Los antibióticos que son de uso habitual para la mastitis, no afectan la lactancia ni al bebé.

En el caso que el proceso siga en aumento se prefiere calor local, hasta que se produzca un absceso mamario, el cual debe ser drenado en pabellón con una anestesia general, sacando el pus y realizando un aseo adecuado.

El finalizar la lactancia es optativo, dependiendo del deseo de lactancia de la madre. De ser necesario se realiza con medidas generales y en algunos casos utilización de medicamentos.

¿Es hereditaria?

Definitivamente NO, tanto para la mastitis aguda como la crónica.

Fuente foto: tipdiario.com

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