La realidad no es algo que existe “ahí afuera” y que está ahí para que nosotros la conozcamos a través de nuestros sentidos. La realidad “es” o se define según la visión que cada uno tenga de ella, por lo tanto, no existe una realidad sino que existen tantas realidades como personas hay en este mundo.
Muchas veces, caemos en el error de pensar que las cosas son de una determinada manera y nos enojamos con toda persona que ose en dar una visión distinta a la nuestra, tratando de convencer y dar todos los argumentos necesarios que confirmen que somos nosotros los que tenemos la razón.
Querámoslo o no, todos tenemos visiones distintas de la realidad, las que responden a nuestra particular manera de ver el mundo. Por lo tanto, una situación no es buena o mala en sí; fácil o difícil, sino que una misma situación es de una determinada manera, dependiendo desde donde nos paremos a mirarla. “No son las cosas las que nos preocupan, sino la opinión que tenemos de las cosas”
¿Alguna vez les ha tocado ver a dos personas que reaccionan totalmente distinto frente a una misma situación? Seguramente la respuesta es sí. Pensemos en algo cercano, cuántas veces hemos discutido con nuestra pareja, porque opinamos distinto frente a un mismo hecho y al final, la discusión se convierte meramente en querer aclarar, quien tiene los mejores argumentos para estar en lo cierto.
Como seres humanos atribuimos significados a nuestras experiencias y de esa manera vamos construyendo nuestro mundo. Sin embargo, en determinadas situaciones atribuimos significados que no nos son funcionales y que nos hacen sufrir y es aquí donde cobra valor la psicoterapia.
Muchas veces me han dicho “Para qué voy a ir a psicoterapia si ella no va a hacer que….mi hijo deje de tener esta enfermedad, mi papá cambie o que vuelva esa persona que tanto quería pero que ya partió”. Ante esto no puedo hacer más que encontrar la razón. Durante un proceso terapéutico no se trabaja para cambiar realidades, sino para ayudar a la persona a mirar la realidad desde una perspectiva diferente y pueda así, atribuir un nuevo significado que sea más útil y funcional para ella “La psicoterapia no cambia realidades sino el significado que le damos a esa realidad”.
En base a esto, lo que debe escuchar un terapeuta es aquello que trae el consultante, no el problema en sí, sino que la versión que éste trae de él. Escuchamos sus creencias, sus opiniones, sus juicios y sus emociones, ya que solo desde ahí podremos realmente ayudar a quien llega pidiendo una manito extra.