Asumámoslo, el estacionar el auto no es nuestro fuerte y nunca lo será. Muchas veces hemos intentado dejar nuestro vehículo en cierto espacio (suficiente para su tamaño) y después de varios esfuerzos fallidos hemos tenido que dar pie atrás y buscar otro sitio. Lo cierto es que existen razones científicas del porqué a nosotras nos cuesta más estacionarnos: un estudio realizado por la universidad de Giessen en Alemania llega a una conclusión que se transforma en el mejor argumento para las que no sabemos estacionar: es culpa de la testosterona.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? A 40 alumnos (y alumnas) de la mencionada casa de estudios se les analizó sus habilidades espaciales, de orientación y de ubicación. El descubrimiento resultó un tanto sorprendente. Todas esas “virtudes” venían de la mano de los niveles de testosterona, por lo tanto eran mejores en los hombres.
Esto les permitía a los señores, además de estacionarse mejor, leer mapas con mayor facilidad, proyectar formas complejas en el espacio y hacer ejercicios más exitosos usando tecnología de 3D.
Pero hay más. Los altos niveles de esta hormona se ligaban con la simetría de los dedos de las manos. Es decir, quienes la tienen más alta poseen un dedo anular que sobresale en relación al índice, fenómeno que se da con mayor frecuencia en los hombres. Mientras que las mujeres tienden a tener dedos más bien simétricos y la testosterona baja. En el caso de las mujeres que poseían dedos más asimétricos tendían a tener mayores habilidades espaciales que sus pares, es decir ellas si podían estacionar más fácilmente un “auto grande”.
Ya lo saben, la próxima vez que un hombre se burle por lo mal que dejamos el auto en la calle es cosa que le digamos “eso es cuestión de señoritas”