Días de frío intenso. De verdad que la tolerancia es cada vez menor y esta pregunta no deja de darnos vuelta en la cabeza: ¿Por qué sentimos más frío que los hombres?
Bueno, debemos partir de la premisa que todos tenemos un termostato corporal distinto dependiendo de la edad, sexo, aptitud, dieta, cantidad de sueño que tenemos, entre otros factores.
Las extremidades son un indicador claro de que temperatura estamos sintiendo. Manos y pies helados ya nos dan un pronóstico de frío. La mayoría de los sensores de temperaturas biológicas se encuentran en nuestra piel y tenemos sensores más fríos que calientes.
En un estudio realizado en la Universidad de Portsmouth, nosotras sentimos más frío que ellos debido a que conservamos mejor el calor. En nuestro caso, tendemos a concentrar el flujo sanguíneo en el torso y la cabeza, mientras que en nuestras manos y pies el flujo es menor, por lo que sentimos más frío.
Esta forma de distribución de la sangres, en realidad es un mecanismo de supervivencia ya que lo que busca la sangre es mantener los órganos vitales con mayor calor. Esto se traduciría que en casos de enfrentarse a temperaturas muy bajas, tenemos mayores posibilidades de sobrevivir.
Otro de los motivos, es que las mujeres tenemos menos músculo y más grasa que los hombres. Es precisamente la musculatura la encargada de producir calor y la grasa de mantenerlo. Y si a esto le sumamos que nuestra piel es más delgada que la de ellos, entonces nuestros sensores actúan inmediatamente contrayéndose y dándonos la sensación de frío con mayor rapidez.
El último punto, vendría a afectarnos si estamos en nuestro período menstrual o no. Si estamos en él, nuestra temperatura corporal baja en un grado aproximadamente, lo que produce que aún tengamos más frío que lo normal.
Finalmente, podemos decir que estas diferencias no son absolutas. Pueden varias por los factores que les dijimos en un principio, pero claramente y sin ningún estudio, no podemos negar que sentimos mayor frío que ellos.
