Hijos

¡Mi hijo tiene mamitis! ¿Cómo puedo ayudarlo?

En la medida que nuestros pequeños hijos comienzan a crecer es cada vez más difícil para nosotras salir un tiempo sin ellos. De un día para otro esa tranquila guagua que se quedaba feliz con la abuela o la nana comienza a hacer un escándalo de proporciones cada vez que intentamos poner un pie fuera de casa: “tiene mamitis” es el diagnóstico de nuestro entorno. Entonces, la pregunta es ¿Qué hago con mi hijo con mamitis?

– Lo primero de todo es que te hagas un “lavado de cerebro” y que entiendas que tu hijo debe aprender a vivir sin ti. El hecho de renunciar a lo que tenemos que hacer por culpa de sus berrinches solo generará un niño inseguro.

– No te angusties por su “sufrimiento”, es una etapa normal por la que pasan la mayoría de los niños. Tampoco pienses que será así toda la vida, un día de repente se quedará feliz con gente nueva.

– Debes intentar que todos los días pase un rato con otras personas de su entorno. Al agarrar confianza con otras personas y divertirse a su lado, le será más sencillo quedarse solo con ellos ya que recordará los buenos ratos.

– No solo debe acostumbrarse a estar con otras personas, sino también solo. Déjalo un  tiempo solo en su pieza (siempre atenta a sus movimientos). Al principio quizá llore un poco terminará encontrando una entretención.

– Empieza dejando al niño con otros cuidadores por periodos de tiempo cortos. Dile dónde vas y que regresarás pronto, aunque él no habla entiende lo que le dices. Cuida siempre tu tono de voz y tu actitud frente al niño. Si lo dejas con miedo y angustia, él lo sentirá y reaccionará de forma negativa a esta separación.

– Sal siempre con una sonrisa, que no te vea angustiada ni preocupada por su reacción. Y, sobre todo, no te devuelvas. Aunque lo oigas llorar, ándate y no alargues la despedida.

– Establece límites, tiene que entender que hay momentos que debe dejarte sola. Por ejemplo, cuando vayas al baño o cocines. No puede seguirte a todas partes.

– No te vayas nunca a escondidas ni le mientas diciéndole que vuelves enseguida si no lo vas a poder cumplir, con esto sólo lograrás que desconfíe de ti y que viva angustiado.

Como puedes ver, lo más importante es que hagas parte a tu hijo en tu necesidad de salir de casa. Él debe entenderlo y vivirlo como una pequeña separación temporal.

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