A muchas de ustedes les debe haber pasado (o pronto les va a pasar) que cuando sus hijos lleguen a 1º básico la profesora les comentará que en matemáticas se utiliza el Método Singapur. Esto puede causarles estrés y preocupación. ¿Qué es eso? ¿Cómo funciona? ¿Cómo ayudo a mi hijo si no sé de que me hablan?
Calma. Nosotras estamos aquí para guiarlas un poco.
En primer lugar les vamos a contar un poco de historia. En 1992 en Singapur se instauró un método para enseñar matemáticas que mostró excelentes resultados en los niños (obtuvieron primeros lugares en test internacionales TIMSS con un 40% de alumnos con rangos avanzados).
Pero, ¿cómo funciona este método? Este es un método que se enfoca en que los niños desarrollen habilidades y logren solucionar problemas matemáticos a través del pensamiento más que de la memorización, los procedimientos y la aplicación de fórmulas. La base de esto es que se parte desde lo concreto (con material que el niño puede tocar y manipular libremente) para luego llevar el mismo tipo de ejercicios a lo visual a través de dibujos y modelos gráficos para que finalmente los niños sean capaces de realizar la abstracción de todo esto utilizando signos y símbolos matemáticos. ¿Qué significa esto? Es por ejemplo hacer algo tan simple como presentarle a tu hijo tres manzanas y decirle que si te comes una quedan solo dos. Luego te comes la manzana para que vea que realmente quedaron dos. Luego, en un papel dibujas las 3 manzanas y borras una pues es la que te comiste. Finalmente, escribes 3 – 1 = 2. Obviamente que este es un proceso que debe ir interiorizando el niño y no se logra con un solo ejercicio ni haciendo todo de una sola vez. Es solo para que se entienda cómo funciona el método.
Lo más importante es que los ejercicios no sean siempre los mismos pues ahí se llega a memorizar. La idea es dar algunos ejemplos y luego dejar que el niño resuelva ejercicios similares a los presentados. Para resolver debe pensar y usar los conocimientos previamente adquiridos.
Lo principal de este método es mantener a los niños encantados con la matemática, motivándolos a explorar, explicar y elaborar sus respuestas para finalmente evaluar sus nuevos conocimientos y descubrir que debe buscar nuevos conocimientos para seguir avanzando.
¿Qué deben hacer ustedes? Acompañarlos en sus tareas cuando puedan para ir entendiendo cómo funciona el método (no es tan complicado como suena). Permitir que tu hijo piense y busque soluciones para sus problemas diarios para que así vaya razonando cada día de mejor manera. Jugar a explorar el mundo y crear, a partir de la vida diaria, problemas que los obligan a buscar soluciones. ¿Quieren un ejemplo? En el supermercado le pueden decir a su hijo que necesitas 2 kilos de azúcar pero que solo hay bolsas de 1 kilo. Guíenlo y dejen que llegue a la conclusión que lo que deben hacer es llevar dos bolsas.
Es importante que no tengan miedo a explorar y aprender junto a sus hijos. Muchas veces ellos aprenden más enseñándonos a nosotras que estudiando del libro.