El bebé australiano Jamie Ogg es un milagro. Nació prematuro a los siete meses de gestación. El equipo médico que asistió el parto lo dio por muerto y se lo entregaron a su madre para el último adiós. Dos horas más tarde, mientras aún recibía las caricias de su mamá, el pequeño Jamie comenzó a dar señales de vida resucitando de la muerte certificada.
Lo más emocionante es que el parto, muerte y revivir del bebé prematuro quedaron registrados en imágenes grabadas por las enfermeras y el padre. En este registro se puede ver claramente la tristeza de sus padres y la alegría de la familia cuando vuelve a respirar.
La madre cuenta que “el médico me preguntó después del parto si ya habíamos elegido el nombre para nuestro hijo. Le dije: ‘Jamie’, se dio la vuelta con mi hijo envuelto y me dijo: ‘Hemos perdido a Jamie, lo siento'”. La madre abrazó a sus bebé muerto y después de dos horas de intenso apego y cariño, Jamie comenzó a dar señales de vida. Aunque una enfermera le dijo que se trataba de un reflejo, Kate le ofreció leche materna con el dedo, y tras ese contacto, el bebé comenzó a respirar con regularidad para asombro y emoción de todos. “Jamie no se movía y comencé a hablar con él. Le dijimos cuál era su nombre y que tenía una hermana. Le dijimos las cosas que queríamos hacer con él durante toda su vida”, recuerda Kate los duros momentos en que creyó haber perdido a su hijo.
Hoy Jamie es un niño normal que corre, juega y vive intensamente su vida. Jamie fue salvado de la muerte por el intenso amor de sus padres. Como pueden ver el apego madre – hijo es de tal vital importancia que puede llegar a salvar vidas.
Para quienes quieran conocer más detalles de esta historia, les dejamos este emocionante video (ingles)
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