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Los tres mundos de una pareja por @rodrigo_robles

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¿Se han dado cuenta de que hay gente que dice que le gusta más estar en casa que salir? Dicen “es que soy casero (a)”. ¿Será cierto? Yo no estoy de acuerdo o al menos, siendo que me encanta estar en mí casa, qué mejor que salir a caminar, a correr, al cine, a bailar, a jugar con los niños y si no tienes hijos, a jugarte una pichanga, o las mujeres a la peluquería, al mall, a tomar un café con amigas, etc.

Me gustaría detenerme en ese comentario “es que soy casero (a)”. Cuando estás en pareja es porque quieres estarlo, porque tu compañero (a) te hace sentir especial y porque quieres estar con él (ella), sin embargo las relaciones se empiezan a dañar o a hacerse menos naturales cuando se empiezan a generar desequilibrios. ¿Por qué? Porque cuando uno de los dos comienza a cuestionar o debilitar las libertades del otro (no olvidemos que estar en pareja no significa que dejemos de tener nuestra propia vida, hay una vida en pareja y otra “individual”), el amor se daña.

¿Por qué digo esto? Porque pasa y mucho que uno de los dos no quiere – por diversas razones – que el otro salga, lo pase bien, se divierta, comparta con amigos (as), en definitiva que mantenga su vida individual, en consecuencia cuando el (la) que está sometido a esa falta de libertad, comienza a justificar y efectivamente a no salir e incluso a justificarlo, exactamente con frases como “es que soy casero (a)”, y no se da cuenta que ya entregó parte de su libertad y en ese rara vez hay vuelta atrás porque más encima lo está justificando.
¿Les suena familiar esta situación?

Frases como “prefiero quedarme en casa”, “es que me da lata salir”, “prefiero estar con él (ella)”. Lo que además se resiente en estos casos sin las amistades, que incluso se molestan porque entienden que el amigo (a) ya no es el (la) de antes, ya no llama, no se le ve, no se relaciona, no se da cuenta de que tarde o temprano volverá a querer ver a sus amigos (as) o peor aún, a necesitarlos, pero nada garantiza que estarán ahí, porque definitivamente los olvidó temporalmente y eso duele.

En consecuencia, la pérdida de libertades en la pareja es nefasta, porque no sólo no alimenta el amor de pareja, sino que además te daña internamente y a tu entorno, y queramos o no, el amor de pareja pudiese llegar a no ser eterno, pero el de los amigos y más aún, el amor propio podrían durar eternamente si hacemos el esfuerzo.

Los invito a reflexionar acerca de lo que denomina los tres 3 mundos de una pareja, el propio, el de tu pareja y el común. A mi juicio ninguna es más importante que el otro, es como una mesa de tres patas, si se daña una, se cae la mesa, ¡así de simple! Y entiéndase bien, no necesariamente debe romperse una pata, con el sólo hecho de que una se dañe, la mesa se cae.

Así que, reemplacemos la frase “es que soy casero (a)” por “una de las cosas que me gusta, es también estar en casa”.

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