El otro día me encontré con una curiosa pregunta que un niño hacía a sus padres y que me hizo pensar y llegar hasta aquí… “Mamá, papá, ¿la leche viene del supermercado?”
El niño no sabía de dónde procedía la leche, supongo que como muchos otros, acostumbrados a un entorno en donde para ellos la leche se sirve en un envase y se compra en un supermercado. Fue entonces cuando pensé en la importancia que tiene que los niños conozcan el entorno, no sólo en el que viven, sino también en el que no viven. Ese entorno diferente alejado de los ruidos de la ciudad y los grandes edificios, un entorno de animales y plantas verdes, porque, todos sabemos que la naturaleza tiene muchos beneficios para los niños.
Pero, cómo podemos acercársela para que les pueda interesar y, sobre todo, divertir?
Hoy en día la mayor parte de los niños salen de sus casas para ir al colegio y regresan para jugar con el computador, ver televisión e intentar entretenerse entre paredes. Jugar en la casa y en el colegio está bien, pero si además lo combinamos con los juegos en la calle, jardín y quizás una escapada a un cerro, un parque o mejor aún, a un campo entre árboles y animales, estaremos favoreciendo la posibilidad de que no sólo les interese la naturaleza sino que también se diviertan con ella.
Manteniendo este contacto con el entorno natural, además de divertirse, los niños aprenderán a respetar y valorar la naturaleza. Aunque muchos de nosotros, incluidos los niños, no podamos estar rodeados de un entorno natural en nuestro día a día (la mayoría), estas escapadas hacen que disfrutemos más de esos pequeños momentos de desconexión y que valoremos más la naturaleza y todo lo que nos aporta.
Pensándolo bien, incluso a nosotros los adultos, desconectarnos de nuestro entorno habitual siempre nos vendrá bien. El contacto con un entorno diferente al habitual hace que nos despejemos, nos ayuda a relajarnos, conocer cosas nuevas y además ayuda a que volvamos con las pilas bien cargadas a nuestra vida diaria.
Entonces, los invito a conectarse con la naturaleza, no sólo los niños, sino que toda la familia, la sensación de libertad alrededor de la naturaleza es impagable, y esa sensación para un niño me parece fascinante.