De niñas siempre escuchamos a nuestras madres cantar. Ya madres volvemos a repetir las mismas canciones con nuestros hijos. Cantar con ellos nos acerca, nos tranquiliza y nos regala un momento único de complicidad y cariño. ¡Pero no solo eso! En nuestros hijos el canto les ayuda a desarrollar su cerebro.
Al jugar cantando los niños consiguen centrarse más en si mismos y en el momento en que están viviendo. El canto les ayuda a sentir la intensidad de sus actividades. Además, permite transformar cualquier momento de estrés, de tensión o de ansiedad, en un instante más tranquilo y relajado.
Jugar cantando apoya el desarrollo de los niños en todas las áreas y les proporciona beneficios en muchos sentidos:
-Fisiológicos: Cambios en el ritmo cardiaco y respiratorio y relajación de la tensión muscular.
-Comunicativos: Estimula el lenguaje y la expresión de emociones e inquietudes.
-Afectivos: Favorece el desarrollo emocional y afectivo.
-Sensoriales: Agudiza la percepción auditiva y táctil.
-Motrices: Estimula la actividad y mejora la coordinación.
-Sociales: Fomenta la interacción social.
-Educativos: Ayuda en la formación, desarrollo personal y superación de dificultades de aprendizaje.
-Psicoterapéuticos: Ayuda a resolver problemas psicológicos y a cambiar conductas.
Así que la invitación es a seguir cantando con ellos, a disfrutar de esos momentos íntimos felices y llenos de complicidad sin importar si nuestro tono de voz es o no es agradable… para ellos la vez de mamá es el sonido más lindo.