No hay excepción. A los niños les encanta quitarse los zapatos y andar a “a patita pelada” por todos lados. Y nosotras vamos atrás intentando ponerle las zapatillas una y otra vez. Pero andar descalzos les entrega libertad, comodidad para moverse, sensibilidad y se divierten mirando sus deditos y conociendo todas las partes de su cuerpecito,
Pero lo mejor de todo lo anterior, además de la comodidad y la libertad que sienten, son las ventajas para su desarrollo corporal:
– Favorece la formación del arco plantar: hasta los tres años los niños suelen tener pie plano y andar descalzos es ideal para que sus huesitos lentamente vayan formando adquiriendo la forma arqueada.
– Los ayuda a conocer su cuerpo, a hacerse una idea más acertada de los pies y de todo en general.
– Mejora su estabilidad porque va perfeccionando la capacidad que tienen los niños al apoyar sus dedos en el suelo. También les va entregando confianza y van entendiendo que hay distintas superficies.
– Evita la formación de hongos ya que los pies transpiran mucho menos que con calcetines y zapatos.
Deja que tu hijo ande descalzo, sobre todo si está en casa y la temperatura es adecuada para eso. Si aún sientes que está muy helado, puedes ponerle calcetines pero asegúrate que sean esos que tienen antideslizante para evitar caídas.
Deja que tu pequeño explore distintas superficies (arena, pasto, tierra) siempre asegurándote de que no hayan peligros, que no esté caliente y que no hayan objetos peligrosos en el suelo.