- Una rutina es aquello que se repite diariamente para organizar una tarea. Para que esto sea algo positivo en la crianza es fundamental que esta no requiera de un esfuerzo excesivo y que no afecte el vínculo entre madre e hijo.
Si las familias establecen rutinas y los niños crecen con un orden establecido, que mantiene horarios y límites claros, es probable que tenga más momentos de disfrutar que las familias que no tienen ese orden y que por tanto cada día deben poner nuevas normas.
Al tener una rutina establecida los niños saben anticipadamente lo que viene, esto les permite vivir los días con mayor tranquilidad lo que les hace tener más confianza y seguridad haciendo del aprendizaje algo más sencillo para los niños.
Por otro lado, planificar, organizar, ordenar, anticipar u repetir genera relaciones confiables lo que ayuda a que los hijos toleren aquello que saben que va a ocurrir buscando en sus propios recursos la forma de sobrepasar el mal rato.
Está comprobado que cuando los papás establecen rutinas los niños tienen un mejor comportamiento haciendo que sea más agradable vivir el día a día.
Al tener una rutina de sueño el niño sabe cómo es la hora de dormirse, permitiéndoles descansar más empezando el día de mejor humor y con más energía y recursos para aprender, jugar y pasarlo bien.
Otro aspecto importante es tener una rutina de higiene la que nos ayuda a mejorar la salud de nuestros hijos, evitando contagios e infecciones enseñándoles la importancia de lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
Las invitamos a establecer las rutinas con sus hijos. Puede que en un principio sea agotador cumplirlo pero poco a poco los beneficios de este esfuerzo serán ampliamente recompensados.