Muchas veces hemos escuchado el nombre de esta hormona, tan relacionada con el amor y el placer, pero poco sabemos específicamente de ella.
La oxitocina es una hormona que está directamente relacionado con los patrones sexuales y con los comportamientos maternales y paternales. Actúa también como un neurotransmisor en el cerebro. Es acá donde actúa y produce efectos muy importantes, relacionados con la estabilidad emocional y el combate de fobias, estados de ansiedad y otras manifestaciones.
La oxitocina se libera con sólo un abrazo, una caricia, un beso o el simple hecho de mirar a los ojos a la persona que amamos. Pero también forma parte importante del ciclo de respuesta frente a un estímulo sexual. Tiene un aumento cuando comemos chocolates o dulces.
Cuando tenemos una pareja sexual estable, la liberación de esta hormona hace ue disminuyan los niveles de estrés, puesto que hay mayor cantidad de liberación.
La oxitocina incentiva a un hombre a ser más sensible y a demostrar más empatía con los sentimientos de los demás. Al ser liberada durante una relación sexual, crea un vínculo inseparable entre la pareja y rebaja las posibilidades de una infidelidad.
La oxitocina ha sido estudiada por diversos especialistas, y se ido descubriendo grandes beneficios, tales como:
– Disminuye el nivel de cortisol, que es la hormona del estrés.
– Preserva la amistad y la sociabilidad.
– Reduce la sensibilidad al dolor.
– Disminuye la tensión arterial.
– Dilata el cérvix y estimula las contracciones uterinas en el parto.
– Aumenta la fecundidad femenina y masculina.
– Estimula la división celular.
– Estimula la secreción de la hormona de crecimiento.
Ya sabemos, debemos estimular esta sustancia y lo mejor es que tenemos tantas maneras de hacerlo: las caricia, el contacto físico voluntario y admitido, un rico masaje, mecer a nuestro bebé en brazos, reír, practicar sexo, enamorarse, consolar, entre otras miles de cosas que podemos hacer por nosotros y por los otros.