La lectura es una habilidad que los niños adquieren en un sorprendentemente amplio rango de edades. Algunos lectores precoces prácticamente auto-aprenden a los 4 años. Otros, algunas veces no avanzan tan rápido, y aprenden en primero o segundo básico.
Por lo general, alrededor de los 5 años es cuando la mayoría de los niños comienzan a juntar las letras y hacer la transición de pre-lectura a la lectura real. Lo importante es que este proceso se dé de manera natural, tranquila y sin presiones. Para que los niños se acerquen de manera amena a los libros, no tienen que verlo como un aprendizaje forzado.
Es fundamental observar el desarrollo de nuestros niños para ir acompañándolos en el proceso. No te preocupes de más, ni menos lo compares con otros niños. Cada uno tiene su propio ritmo. Tampoco te desesperas si muestra poco interés, que llega en distintos momentos para cada persona.
Lo importante es mantener la práctica divertida y bajo poca presión. Conocer los gustos de nuestros hijos y ofrecerles libros que respondan a ese interés. También es bueno probar con distintos formatos: cómic, narrativa, libros informativos. Ir variando para que vayan descubriendo dónde está lo que más les gusta.
Algunos consejos:
- Al leer en voz alta a tu hijo, mueve el dedo debajo de las palabras, para que él pueda seguirlas.
- Señala dibujos pertinentes/relacionados a las palabras a medida que las lees también.
- Escoge libros para lectores principiantes, sencillos de leer en voz alta.
- A medida que tu hijo aprende a reconocer algunas palabras, como “a”, “la”, “y”, hace pausas a medida que vas leyendo para que pueda identificarlas y utilizarlas.
- Ayúdale a pronunciar otras palabras simples sílaba por sílaba.
- Tener mucha paciencia y no precipitarte con tu hijo.
Es muy importante recordar que, como lo dijimos al principio, cada niño tiene su ritmo y su manera de aprender. No los presionemos de más, no olvidemos que el hábito de la lectura debe ser un agrado y un placer, no un sufrimiento ni pasarlo mal.