La falta de sueño en nuestros niños menores de 5 años no solo los altera y los pone nerviosos. Investigaciones han descubierto que además provoca desequilibrios en las hormonas que regulan el apetito.
En los niños, sólo una hora más de sueño podría llegar a disminuir en un 36% la posibilidad de que sufra obesidad, por tanto, la falta de sueño debería considerarse seriamente como un factor de riesgo más de la obesidad infantil de igual importancia que la alimentación y el ejercicio.
¿Cómo se explica la relación entre el sueño y el peso?
En los últimos años, los científicos han elaborado varios estudios sobre este tema. La relación causa-efecto entre la falta de sueño y el incremento del riesgo de padecer obesidad se encuentra, principalmente, en los malos hábitos a la hora de acostarse y también en la alimentación. Los niños que se van a dormir muy tarde, en general, también comen de forma incorrecta. Estos hábitos deben corregirse, ya que, durante las horas de sueño, es cuando se producen las hormonas que controlan el crecimiento y el apetito. En este sentido, la falta de sueño puede provocar desequilibrios.
¿Qué otros problemas se relacionan con la falta de sueño?
En los niños, y también en los adultos, dormir menos horas de las necesarias tiene como consecuencia una disminución de su capacidad de atención. Esto puede afectar al rendimiento escolar. Además, la falta de sueño hace que los pequeños se vuelvan más irritables y aumenta su predisposición a enfermar, ya que las defensas están más débiles. Por todo esto, resulta fundamental que los niños sigan unos horarios de sueño regulares y que su alimentación sea equilibrada.