Cuando dormimos mal estamos más enojonas, sensibles y vulnerables, tenemos menos paciencia y nos estresamos con mayor frecuencia. Dormir poco (o no lo suficiente) afecta nuestro rendimiento diario y es también una circunstancia que perjudica nuestras relaciones con los demás.
En palabras del Psychology Today:
La falta de sueño interfiere con nuestra habilidad para manejar los conflictos y nos hace más propensos a pelear.
Según estudios, si no duermes bien:
– Aumentas la negatividad: Estamos cansadas y por lo tanto todo está mal de por sí.
– Disminuye la empatía: Nos preocupamos menos de nuestro entorno. Al faltarnos horas de sueño no tenemos la capacidad de ponernos en el lugar del otro… o sencillamente no queremos, porque estamos demasiado cansadas.
– La resolución de conflictos es más difícil: Es más probable que aparezcan los malos modos. Los problemas que se resolverían con un poquito de tacto y paciencia parecen una tormenta y no podemos solucionarlos bien porque nuestra mente no funciona bien… y no tenemos paciencia.
Pero es que para eso hace falta… ¡dormir bien! Cómo, si no, va a estar una persona contenta, relajada y dispuesta a apreciar lo bueno de los demás…
El sueño es una cuestión de salud personal y también de salud en las relaciones que mantenemos, no descuides tus hábitos del sueño, los efectos pueden llegar a afectar muy fuertemente tu vida.