¡Qué linda es la etapa en que nuestros hijos comienzan a decir sus primeras palabras! ¡Qué sorpresa más grande que un sonido pueda llamar a alguien o darme lo que quiero! y cuando pasa el tiempo ¡Puedo explicar lo que siento y lo que quiero!
Pero ¿Cómo podemos estimular el lenguaje de nuestro pequeño hijo?
Según un estudio realizado por la Universidad de Chicago para ayudar a un niño pequeño a empezar a hablar debemos darle pistas en cuanto a objetos en el ambiente que los rodea. El estudio también demostró que la calidad de estas pistas afecta el vocabulario de los niños cuando estos entran a kinder.
La calidad de la pistas se define por la claridad de estas, por ejemplo decir “ahí va la cebra” es más claro que decir “vamos a ver a la cebra”, por lo que es más útil para el niño en términos de aprender la palabra “cebra”. Esta variación en la calidad de las pistas explica el 22% de las diferencias en el vocabulario de los niños de preescolar. Cosa que es muy importante ya que “La calidad de un temprano esfuerzo parental predice el vocabulario de un niño tres años después”, explica la autora del estudio, Erica Cartmill.
El estudio demostró que padres de un estatus socioeconómico más alto, con mayor educación tendían a hablar más con sus hijos, dándoles una ventaja a la hora de desarrollar el lenguaje, pero la calidad de esta comunicación no era necesariamente mejor. La investigación descubrió que los padres de un estatus económico más bajo tenían las mismas probabilidades de brindar experiencias de alta calidad a sus hijos que padres de una posición económica más alta.
Para medir la calidad de la interacción no verbal, el equipo de investigadores estudió videos de 50 padres y sus hijos (menores de año y medio) pertenecientes a condiciones económicas variadas, y se les grabó por 90 minutos a lo largo de un día normal. Estos vídeos después se les mostraron sin sonido a 218 adultos, quienes tenían que adivinar qué palabra correspondía a las pistas que el padre/madre daba a los niños.
Los resultados demostraron que algunos papás solo utilizaban pistas un 5% del tiempo mientras que otros lo hacían casi el 40% del tiempo. Sin embargo el estudio también demostró que la cantidad y la calidad de la aportación verbal y no verbal de los padres afectaban en diferentes maneras el vocabulario de los pequeños. Aquellos padres que hablan más con sus hijos les ofrecen más palabras y vocabulario, pero para completar el proceso de verbal con el no verbal, los padres deben dar a sus hijos pistas en cuanto a las palabras, así asegurando el máximo aprendizaje de vocabulario posible.
Así que ya saben, tanto y más importante que el lenguaje verbal es el no verbal. ¡Mostrémosle de qué hablamos a nuestros hijos y potenciemos su desarrollo!