En nuestro primer encuentro les conté a grandes rasgos quién soy, qué hago y cuáles son mis grandes pasiones. Hoy voy a profundizar un poco más en una de ellas: la terapia floral con flores de bach.
¿Por qué parto por aquí? Porque por lo general, cuando cuento que trabajo con flores, las personas me hacen muchas preguntas: ¿Qué es esto de las flores? ¿Funcionan realmente? ¿Me servirán las flores para esto que me está pasando? ¿Si tomo remedios también puedo tomar flores?. La verdad es que me encanta cuando la gente me pregunta, ya que eso me muestra que hay cada vez más interés por encontrar una herramienta que lleve a sentirse mejor y que vaya más allá de la medicina tradicional.
Siempre cuando llega alguien nuevo a mi consulta para psicoterapia, le comento que trabajo también con flores de bach y doy la opción de tomarlas o no durante el proceso. Nunca me he topado con alguien que no quiera usarlas, decisión de la cual no se arrepienten.
Desde que tengo en mis manos esta herramienta, los procesos de psicoterapia se han acelerado, lo cual dudo que sea una linda casualidad. Creo a pies juntillas que esto se debe a que las flores realmente funcionan. De hecho he tenido hartas personas más incrédulas al respecto, que aceptan tomarlas “por si acaso” o “porque no pierdo nada” y ellas mismas terminan asombradas con los resultados.
Bueno, pero entonces…¿Qué son las flores de bach? Poniéndome un poco más técnica, es un sistema de 38 esencias florales, extraídas de 38 flores distintas que se preparan bajo estrictos estándares, para conservar la cualidad energética de cada flor. Cada esencia que tomamos es energía que resuena con nuestro sistema energético, no actúa a nivel del cuerpo, por lo tanto, son compatibles con cualquier tratamiento y pueden ser tomadas incluso, por niños y mujeres embarazadas.
Cada una de estas 38 esencias trabaja una emoción particular, una emoción que por alguna razón se alteró y nos está generando algún problema en nuestra vida. ¿Qué es lo interesante de esto entonces? Que desde esta visión se plantea que si los desequilibrios emocionales se mantienen en el tiempo, producen bloqueos en nuestro flujo de energía y dan origen a las temidas enfermedades. Por lo tanto, para poder sanar es necesario armonizar estos estados emocionales en desequilibrio.
Ahora, es importante tener claro que las flores de bach no son alopatía, es decir, no tiene nada que ver con tomar una flor para un miedo específico por ejemplo y listo ¡El miedo se fue! No es así, las flores no son aspirinas y tampoco actúan por arte de magia. La toma de flores, debe ir acompañada de un proceso de conocimiento personal, en el que la persona debe ir haciendo el link entre su emoción y sus dolencias, de esta forma logrará un nivel de autoconocimiento que le permitirá ir cambiando formas de pensar y actuar para lograr sentirse mejor. No trata síntomas, va mucho más allá, el síntoma se toma y se analiza según la personalidad de quien tenemos al frente, su contexto, su actitud frente a la vida y sus sistema de creencias, ya que solo viendo a la persona de manera integral podremos ayudarla.
Esto es a grandes rasgos la terapia floral. Invito a hacer sus comentarios, compartir sus experiencias y a hacer preguntas que podré ir respondiendo.
¡Hasta pronto!