Cuando se llega a la tercera edad muchas veces comienzan ciertos duelos sobre lo que se perdió: la juventud, los hijos que comenzaron sus propias vidas, la rutina, entre otras muchas cosas. Pero todo eso se ve compensado con la llegada de los nietos, sobre todo para las abuelas que sienten un deseo incluso antes de que nazcan.
Ser abuela es algo que se desea de manera profunda pero no es lo mismo que tener un hijo. Eso lo demuestra un estudio pionero en el tema llamado “Construcción de la transición de ser abuela” presentado en el sitio español ABC Familia.
En este estudio, la profesional a cargo, ha analizado como se construye la experiencia de ser abuela. Para lograrlo, ha realizado 20 entrevistas en profundidad a mujeres con nietos entre los 2 y 10 años.
Las principales conclusiones obtenidas por el estudio es que «estamos ante una abuela del siglo XXI, que entra en internet, actualiza su Facebook, hace aquagym… Su función sigue siendo el cuidado, pero ella forma parte activa de la vida de su nieto y de la vida de la familia», explica la psicóloga. Abuelas que, además, se sienten libres y autónomas en el cuidado, educación y en la relación con sus nietos. «Cuidan a sus nietos como a sus hijos. Es una carga para ellas, pero lo consideran lo mejor del mundo y la experiencia la reciben con satisfacción. Dicen que es una carga que merece la pena. Eso sí, tienen una actitud más laxa, que favorece el ofrecimiento de caprichos a los nietos, que no dieron a los hijos». Lo anterior en palabras de Lorena Andrés Soto, doctora en Psicología y profesora de Ciencias de la Educación de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón, que estuvo a cargo de este estudio.
Ante la pregunta sobre si ser abuelas constituía una prolongación de la maternidad, las participantes del estudio lo negaron. La respuesta general fue que ser abuela es otra cosa.
Las abuelas también se preocupan por sus nietos. Temen por el consumo de drogas y sus consecuencias. Y también por el mal uso de las nuevas tecnologías. Pero esta preocupación se debe sobre todo a la falta de conocimiento y experiencia respecto a las redes sociales, ya que este miedo no existe en las abuelas con mayor formación educativa.
El estudio también muestra que las abuelas de hoy, independientemente de su origen, condición social, formación o profesión esperan que sus nietos las recuerden como una persona de referencia, pero no esperan que las cuiden. Y todas tienen puestas expectativas sobre sus nietos: desean que adquieran valores, que se desarrollen como personas, con ética, moralidad, sentido de la justicia, respeto y tolerancia.
Los hijos, yernos y nueras las ven como figuras de referencia y experiencia. Y no existe ni conflicto ni rivalidad en la relación con los otros abuelos, posiblemente porque no hay apenas contacto. Eso sí, las abuelas maternas son las favoritas.