Es cierto que somos muy cuidadosas con nuestra guaguas, que intentamos siempre mantenerlas en un lugar limpio y lejos de peligros. Cuando son pequeños y se mantienen en el lugar donde los dejamos sin moverse es fácil mantenerlos siempre en un lugar seguro.
Pero poco a poco nuestros niños comienzan a moverse más, a girarse y a reptar, es cuando muchos de ellos sufren sus primeras caídas de la cama y los primeros golpes con objetos. Es en este momento en que te recomendamos dejarlo en el suelo. ¡Sí! Bajarlos de ese lugar seguro e instalarlos en el suelo.
¿La razones? En primer lugar, evitar las caídas. Pero además de prevenir accidentes comenzará a reconocer su mundo, a tocar, oler y saborear todo lo que lo rodea ¡Es un gran estímulo para su cerebro!
Obviamente necesitamos dejarlo en un lugar protegido, limpio y lejos de riegos como enchufes, estufas y cosas pesadas que podrán caer sobre él.
Si dejas a tu hijo en el suelo, él poco a poco comenzará a movilizarse ¡Están a su altura todas las cosas que quiere! Así que se las ingeniará para llegar a ellas.
Al dejarlo en el suelo no solo estimulamos su desarrollo motriz y le generamos experiencias positivas con su entorno que lo ayudan a generar más conexiones neuronales. Investigaciones recientes demuestran que jugar en el suelo previene las alergias y el asma. Cuando los niños juegan con el suelo entran en contacto con un gran número de microorganismos, preparando y fortaleciendo su sistema inmune para posteriores contactos con microorganismos y sustancias alergógenas, es decir, el niño al tener contacto con el suelo y con los microorganismos que allí viven, aumentando sus defensas y fortaleciendo su sistema inmune. Un sistema inmune robusto podría prevenir diabetes, obesidad y otra serie de enfermedades a lo largo de nuestras vidas.
Como ven razones hay muchas, así que las invitamos a estirar una manta en el suelo, alejar los peligros y compartir unos minutos con su guagua en el suelo.