Vivimos en una época donde la tecnología ya forma parte de nuestra vida. Estamos conectados en todo momento, la comunicación se ha vuelto más fácil debido a las miles de aplicaciones para conversar y gran parte de nuestros momentos los compartimos con nuestros amigos a través de diversas redes sociales.
Nuestros hijos no están ajenos a este tema. Muchas veces por seguridad, les entregamos celulares con conexión a muy temprana edad y junto con eso vienen perfiles de Facebook y otras redes sociales que les permiten (al igual que a nosotros) mantener un contacto frecuente con sus amigos, aunque sea fuera del colegio.
Hasta ahí, todo bien ¿cierto? Bueno, nosotros los padres debemos estar atentos a lo que hacen nuestros hijos con las nuevas tecnologías. Si bien, ellas han llegado para solucionar la vida en muchos aspectos, en otros la han vuelto peligrosa.
El Cyberbullying es una de esas facetas peligrosas que no queremos ver de las nuevas tecnologías de la comunicación. Esto se refiere a la intimidación psicológica u hostigamiento entre pares, sostenida en el tiempo y con cierta regularidad. Se da mucho dentro del ámbito escolar y se apoya y encuentra su espacio en las nuevas tecnologías, especialmente en Internet.
Para muchos adolescentes y niños, esta es una manera divertida de pasar el rato. Publicar fotos, videos o mensajes que puedan causar molestia o vergüenza en un par, puede causar daños profundos en la persona afectada, incluso pueden llegar a ser irreversibles. Incluso, esta tendencia puede llegar a ser más peligrosa que el bullying (agresión física) ya que no hay marcas físicas, por lo que su detección puede tardar muchísimo más tiempo, incluso afectando los lugares donde se sienten seguros, como la casa, ya que la mayoría tiene acceso a Internet y a telefonía móvil.
Siempre debemos estar atentos a las señales que nos puedan entregar nuestros hijos y detectar si puedo o no estar siendo víctima de cyberbullying. La tensión emocional, un repentino desinterés por el computador o celular, bajo rendimiento académico, no querer ir al colegio, son algunas de las señales que pueden indicarnos que algo no está bien.
El llamado para nosotros, los padres, es a estar atentos a estas señales y conocer el mundo virtual donde se mueven nuestros hijos. Conocer las redes sociales presentes online, ver cómo funcionan y cuáles son sus potencialidades. Algunas recomendaciones que entregan la empresa de seguridad virtual Norton son:
– Conversar con nuestros hijos del comportamiento que deben tener dentro y fuera de la red.
– Conocer, investigar en que invierten el tiempo nuestros hijos cuando están online.
– Saber qué tipo de problemas pueden enfrentar cuando navegan.
– Preguntarles que sitios visitan y para qué lo hacen.
Es fundamental estar atentos no sólo a que nuestro hijo pueda ser una potencial víctima de cyberbullying, también puede ser el victimario o el testigo silencioso de un hecho de esta naturaleza.
Seamos consientes que no podemos restringir el uso de las redes sociales por parte de nuestros niños, sobre todo adolescentes, pero ellos deben vernos como personas que sabemos que hablamos y que conocemos el mismo mundo en el que ellos están navegando. El acoso a los pares se da en su mayoría a través de Facebook.
Hoy tenemos la posibilidad de leer mucho sobre este tema. Existen libros, blogs, sitios web y mucho acceso a este tipo de información. No esperemos a que ocurra algo para ponernos a actuar. Seamos precavidos y entremos en el mundo virtual de nuestros hijos antes que sea demasiado tarde.
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