- ¡Tiene 4 años y todavía duerme siesta! ¿Es normal? ¿Afectará su crecimiento? ¿Tendrá buenos hábitos de sueño? A más de alguna de nosotras nos han surgido estas dudas, es que en ninguna parte hay un manual para madres que nos explique cuando un niño debe dejar de dormir siesta.
Lo cierto es que como en todo, cada niño tiene su propio ritmo y es él quien mejor sabe cuando ya no quiere dormir más en las tardes… o somos nosotras las que nos damos cuenta que la siesta le está afectando sus horas de sueño nocturno.
La mayoría de los niños de menos de un año duermen dos siestas al día, usualmente una por la mañana y otra por la tarde. A los 18 meses la gran mayoría de los pequeños ya ha dejado la siesta matutina pero todavía necesitan dormir una siesta por la tarde para poder seguir funcionando hasta la hora de cenar.
Es probable que un niño entre 1 y 3 años siga necesitando su siesta de la tarde durante mucho tiempo. La mayoría de los niños siguen durmiendo siestas a los 4 años: alrededor del 70 por ciento dejan de dormir la siesta a los 5 años, lo que implica que aun 3 de cada 10 niños aún necesitan dormir durante el día a esta edad.
Por otro lado, no hay que olvidar que cada niño es diferente. Todo depende de cuántas horas duerma tu pequeño durante la noche. Los niños de entre 1 y 3 años necesitan aproximadamente de 12 a 14 horas de sueño en cada período de 24 horas. De manera que si, por ejemplo, tu hijo se acuesta a las 8 de la noche y no despierta hasta las 8 de la mañana, podría estar durmiendo todo lo que necesita de una vez y no tener necesidad de una siesta. Pero si no duerme 12 horas por la noche, lo ideal es que duerma durante el día.
La cantidad total de sueño no es el único factor que afecta las siestas. Los niños pequeños tienden a tener un mayor “impulso de dormir”. Esto significa que tienen más necesidad de interrumpir las horas en que están despiertos con algo de sueño. En otras palabras, no pueden permanecer despiertos durante periodos tan largos como los niños mayores y los adultos.
Es por eso que te invitamos a observar a tu hijo. Si ya no quiere recostarse en la tarde o despierta mañoso o notas que en la noche le cuesta mucho más conciliar un sueño reparador, quizás ya es hora de empezar a dejar la siesta. Vale decir que esto no se consigue de un día para otro, la idea es que poco a poco vayas reduciendo las siestas, despiértalo de forma cariñosa e invítalo a hacer algo entretenido. Poco a poco comienza a reducir las horas de sueño, no te darás cuenta cuando ya no pida dormir en la tarde.