A veces cuando nuestros hijos se despiertan en mitad de la noche asustados por un “sueño feo” no sabemos claramente si fue una pesadilla o terrores nocturnos. Pero debemos tener ojo y no restarle importancia a estas situaciones porque cuando los niños tienen estas situaciones y no reaccionamos ni los ayudamos de manera correcta, puede convertirse en un problema.
Los terrores nocturnos si no se tratan cuando corresponde y cómo corresponde, pueden llegar a determinar el carácter de los niños cuando sean adultos. La sicóloga Esther Miralpeix, en el sitio ABC Familia de España, dice que “los tipos de miedos varían con la edad, y suelen originarse cuando los niños sufren algún cambio en su vida cotidiana, una pérdida de un ser cercano o tienen estímulos intensos cercanos”. Por eso recomienda consultar con un especialista antes que estos se vuelvan crónicos.
Además afirma que los padres son fundamentales para superar ese momento, por eso es importante tener una buena reacción. Acá te dejamos los consejos que entrega en dicho portal:
- Debemos mantener la calma y demostrar que conocemos la situación. Desdramatizar el momento y hacer ver a los niños que es algo normal, que todo el mundo puede tener pesadillas.
- Si la situación es muy tensa, dejar al niño dormir en la cama con nosotros o con él en su pieza.
- Debemos fomentar rutinas familiares a través de las horas de juego o colaborando con los deberes.
- Favorecer la espontaneidad y la conversación entre nosotros (los padres) y los niños para que expresen con naturalidad sus sentimientos y preocupaciones.
- Ampliar el círculo de relación familiar y social, para aumentar la confianza de los niños con la novedad.
- Enseñar a los niños la importancia del cuidado personal.
- Crear una rutina de sueño en la que los niños siempre se vayan a la cama a la misma hora.
- Hacer ejercicio, descansar y potenciar las aficiones de los niños.
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