Uno de los regalos favoritos de los niños son los videojuegos ¿Qué juegos son indicados para él? ¿Cómo elijo los juegos al momento de comprarlos? Aquí les dejamos una serie de consejos que pueden ayudarte en esta tarea.
La elección debe basarse en dos criterios principales: la edad del niño y el contenido. Todos los videojuegos estás clasificados por edades (+3, +7, +12, +16, +18) según el PEGI (Sistema Paneuropeo de Información sobre Juegos), que además específica mediante iconos descriptores el contenido del mismo.
Es muy importante que revises el etiquetado del videojuego ya que la gran parte de ellos está creado para personas entre 25 a 30 años, el consumidor más habitual de estos productos. Además, también conviene tener en cuenta con qué dispositivo se va a jugar, ya que los niños muy pequeños no son capaces de controlar ciertos controles. Si vas a elegir la primera consola para la casa, elige una que puedas instalar en la TV (para que puedas controlar lo que hacen) Las consolas personales son para niños mayores.
En cuanto al contenido, la gama es muy amplía: existen juegos de aventura, de miedo, de rol, de deporte, de estrategia, de guerra, de plataformas, de imitación, educativo, para los más pequeños conviene siempre elegir uno que tenga memoria para que las jugadas no se eternicen, que permitan jugar a más de un jugador para que no estén solos y que no tenga una trama muy complicada.
De entre todos ellos, los expertos suelen preferir los educativos y familiares, porque les permite aprender jugando. Por otra parte, los niños suelen sentirse atraídos por aquellos cuyos protagonistas son personajes conocidos, pero, una vez más, conviene informarse antes sobre su contenido porque no todos son interesantes o convenientes y además suelen costar bastante caros. Todos los juegos que incluyan guerras y combates –éxitos de superventas– están totalmente desaconsejados para menores.
Como pueden ver, el hecho de decidir adquirir una consola para los niños implica nuestra presencia y atención, dejarlos solos frente a la realidad que ven en la TV los puede exponer a temas y contenidos no acordes a su edad.