A los niños les encanta hacer equilibrio, en cuanto ven un pequeño muro o una jardinera, se suben y comienzan a caminar. Es un muy buen ejercicio que los hace estar atentos y controlar sus impulsos. Para poder recorrer la distancia que se proponen, deben trabajar la concentración y manejar con cuidado sus movimientos ¡Es todo un desafío! Y lograrlo es todo un hito, se ponen un objetivo ¡Y lo logran!
El sentido del equilibrio o capacidad de orientar correctamente el cuerpo en el espacio, se consigue a través de una ordenada relación entre el esquema corporal y el mundo exterior. Para lograrlo el niño debe conocer su cuerpo, saber manejarlo y también conocer su entorno, como por ejemplo en que superficies se puede parar sin problemas y en cuáles no. El equilibrio es un estado por el cual una persona, puede mantener una actividad o un gesto, quedar inmóvil o lanzar su cuerpo en el espacio, utilizando la gravedad o resistiéndola. Por equilibrio entendemos tanto la capacidad de mantener una posición en distintas situaciones, como también la capacidad de sostener u organizar objetos sin que caigan al suelo.
Para desarrollar y estimular el equilibrio en nuestros hijos debemos desafiarlos a adoptar diferentes posiciones, disminuyendo la base de sustentación (espacio de apoyo): pararse con los pies juntos, de puntillas, con un pie y a usar diferentes superficies de apoyo: pueden ser estáticos (una cuerda, un cubo, etc.) o móviles (un balancín, patines, etc.).
Otra forma de desarrollar esta capacidad es jugar con los niños con cubos y conos que puedan equilibrarse, para poder realizar una torre el niño deberá controlar su cuerpo y sus movimientos. Invítalos a equilibrar objetos en su cuerpo: llevar una pelota de tenis en su mano estirada, caminar con una bolsa de arena sobre su cabeza, entre muchas otras ideas.
Te invitamos a que juegues con tus niños a hacer equilibrio, una banca, una cuerda, una vereda o una línea dibujada en el piso pueden ser el principio de mucha diversión.
