Muchas veces nos preocupamos y nos preguntamos si nuestros hijos están siendo acosados en el colegio. En algunas ocasiones identificamos ciertas señales que podrían demostrarnos que algo está pasando. Pero pocas veces nos detenemos a pensar y a analizar si nuestro hijo puede ser el acosador y el que le hace bullying a sus compañeros. Ponerse en ese lado es bastante difícil en todo sentido.
En el sitio ABC de España, la fundación Gestiona del mismo país, entrega una serie de indicadores que podrían demostrar que nuestro hijo podría ser el acosador. La tendencia muchas veces es a hacer “vista gorda” de lo que está sucediendo o simplemente quitarles las culpas excusándolos por la edad o por alguna otra razón.
Acá les dejamos los indicadores:
- Escasa empatía con su entorno en general: tiene conductas poco amables, no es capaz de ponerse en el lugar del otro y no se siente mal o arrepentido de esta actitud.
- Poco control de la ira: es normal que los niños sean desbordados en ocasiones por la rabia, pero debe estar asociado a un hecho en particular con un tercero y debe presentar cierto control. Los niños acosadores se enojan con mucha facilidad, no tienen tolerancia a la frustración y son caprichosos y exigentes.
- Dificultad para reflexionar: no es capaz de integrar las cosas que hace y las consecuencias de sus actos.
- Déficit de habilidades en resoluciones de conflictos: carece de herramientas que lo ayuden a resolver y manejar los conflictos y al no poder hacerlo se frustra y viene la ira. Todo esto desemboca en actos agresivos con sus pares sin importar que pase. Esto es para aliviar ese momento emocional.
- Baja autoestima: la baja confianza en sí mismo hace que las demostraciones de poder lo vayan empoderando.
- Excesiva autonomía: hace lo que quiere y está acostumbrado a no dar explicaciones a sus padres. No tiene asimilados los límites de su comportamiento.
- Llama constantemente la atención: muchas veces los comportamientos asociados a acosos son realizados por los niños para llamar la atención de sus papás.
- Manía persecutoria: el niño tiene una percepción equivocada de los otros: piensa que están en su contra y que todo es hostil por lo que su mejor defensa es la agresividad en todo sentido hacia el resto.
Luchar contra el bullying en todas sus formas de expresión es tarea de todos y nunca olvidemos que somos nosotros, los padres, los que debemos darles el ejemplo. Nunca dejemos de lado observar a nuestros hijos y sus actitudes que muchas veces, nos entregan la respuesta a todo.