- Los buenos modales se enseñan, se estimulan y se premian. Es fundamental que nuestros niños comprendan que existen formas de comportarse y mientras antes lo entiendan, mejor. Es por eso que hoy les dejamos una pequeña guía para que entendamos qué actitudes podemos esperar en nuestros niños más pequeños.
Mientras antes nuestros niños comprendan que existen formas de comportarse para cada situación, más fácil será que tengan buenos modales y respeten las situaciones en las que se encuentran. Las claves para que nuestros hijos integren estos buenos comportamientos y el respeto a los demás como algo propio son dar ejemplo, respetar al niño, explicarle las cosas y ser conscientes de que educar requiere dedicación y tiempo.
– 2 a 3 años:
Cuando el lenguaje empieza a soltarse, pueden aprender a decir «gracias» y «por favor». A esta edad no podemos ser muy exigentes, pero los niños nos imitarán sin esfuerzo si nosotros usamos normalmente con ellos esas sencillas fórmulas. También es importante que entiendan la importancia de pedir disculpas cuando se equivocan y que deben saludar.
– 4 años:
Todavía no tienen la madurez suficiente como para esperar de ellos la cortesía de un adulto, pero sí deben saber que hay cosas que no están permitidas como gritar, subirse arriba de las mesas o las sillas, jugar con la comida y tratar con malas palabras.
A esta edad los niños ya comprenden que estas fórmulas de comportamiento no son solo reglas de papá y mamá, sino que los demás merecen consideración por nuestra parte y, por lo tanto, debemos tratarlos bien.
– 6 años:
A esta edad los niños ya comprenden que existen formas de pedir las cosas. Que no deben decir “quiero agua”, si no que “por favor, me das un vaso de agua”. El niño ya tiene la capacidad de entender qué tipo de lenguaje debe usar con las distintas personas dependiendo de la situación y la relación que tienen con ellos.
Otro concepto que ya manejan es el de no interrumpir conversaciones. Un niño de 6 años ya debe saber distinguir que hay que esperar el turno para poder plantear lo que quiere. Si hemos sido efectivos en la educación de las normas de comportamiento, un niño de esta edad ya comprende que no debe faltar el respeto a los adultos, ya conoce los modales en la mesa y el lugares públicos y puede contestar el teléfono de buena forma y dar recados.
Como pueden ver, las normas de comportamiento evolucionan junto a nuestros hijos y es labor nuestra estar constantemente entregando normas y felicitando logros.