Cada vez a más corta edad los niños comienzan a pedir un celular, quieren ser igual a nosotros y tener un dispositivo para jugar, sacar fotos, comunicarse con sus amigos y ser parte del grupo. Es que muchas veces el tener o no tener un teléfono móvil los aísla de ciertas conversaciones de los demás niños de su edad.
Y no solo quieren un teléfono simple, la mayoría de ellos espera tener un smartphone. Las razones principales: la mayoría de sus amigos tiene, quieren descargar el juego de moda o quieren tener whatsapp para poder chatear.
Lo cierto es que si decidimos regalarle un samrtphone debemos tener mucho cuidado, tendrán acceso a internet todo el tiempo y podrán ver contenidos que no son los indicados para su edad. A fin de cuenta, regalarles un smartphone con conexión a internet es entregarles el mundo en la palma de su mano… y sin nuestro control.
La industria está consciente de este interés de los más pequeños y mucha de la publicidad se enfoca en ellos. Los datos hablan por sí solos, ya que casi la mitad de los menores entre 6 y 11 años tiene un móvil, y a partir de los 14 son ocho de cada diez. La edad de inicio a la “movilmanía” sigue bajando, por ello no es de extrañar que Disney disponga de su propio móvil o que Imaginarium haya lanzado también un teléfono.
Las nuevas tecnologías pueden generar adicción, y mientras antes le entregamos la herramienta a nuestros hijos, más severo puede ser este trastorno. Los estudios vuelven a dar la voz de alerta: uno de cada cuatro niños reconoce que se siente mal sin su teléfono y un diez por ciento afirman haberlo pasado fatal cuando se lo han quitado.
En cuanto al proceso evolutivo ¿Cuándo debieran tener un teléfono?
– No se recomienda comprar un móvil antes de los 12 años. La edad aconsejada es entre los 14 y los 16, momento evolutivo que coincide con el inicio de la etapa social por excelencia.
– Entre los 11 y 13 años los menores carecen de criterio para usar adecuadamente estas tecnologías, por lo que, si no es necesario, hay que evitar que tengan uno propio. Se puede dejar que hagan uso del teléfono familiar de forma esporádica y, en la medida de lo posible, cuando estén acompañados de un adulto.
– A partir de los 13 empieza una edad complicada, ya que el adolescente sabe utilizar todas las posibilidades del teléfono y puede caer en el riesgo de la adicción. Desde esta edad debemos comenzar a llegar a acuerdos con nuestros hijos para poder controlar el gasto y limitar su uso a unas determinadas horas y números.
– A los 16 los expertos consideran que ya puede contar con su propio teléfono, aunque es aconsejable ponerle límites en cuanto a consumo.
Sabemos que estos datos se alejan de la realidad, son solo el “ideal”. La realidad dista mucho de estos datos: Según un estudio realizado en el Reino Unido por Mobile Phone Checker, los niños adquieren su primer teléfono móvil a los 7 años y medio. El informe revela que la mayoría de los padres compran el teléfono a los hijos por motivos de seguridad, y “porque sus amigos también tienen”. En España, los datos recopilados indican que el 65 % de los niños de entre 8 y 12 años tiene móvil, y la mayoría acceden a Internet y a las redes sociales desde su terminal.
Frente a esta realidad las recomendaciones son:
– Limitar su uso. En general, es aconsejable que los menores sólo utilicen el teléfono el fin de semana o cuando salen solos de casa. No se les debe dejar utilizarlo entre semana, ni que lo lleven al colegio.
– Controlar el gasto. Se puede hacer que el niño colabore a pagar la factura de su móvil con parte de su mesada. Así aprenderá a reducir su uso a lo imprescindible. Es importante que el niño sepa de cuanto saldo dispone y que debe cuidarlo para que le dure todo el mes.
– Estar atentos. En lo posible, estar pendientes de los contenidos a los que acceden, de las aplicaciones que descargan y los contactos con los que hablan. El smartphone les entrega el mundo y siempre debemos estar vigilando para qué utilizan el teléfono.