- Muchas veces nuestros hijos se quejan de dolor de guata. A diferencia de cuando tienen fiebre con este cuadro no podemos saber la intensidad y las características de este, incluso es una excusa para faltar al colegio. Entonces, ¿cómo podemos saber cuando es realmente un síntoma al que prestarle atención?
La doctora María Ángeles Hernández Encinas, pediatra da algunos tips. En primer lugar plantea que hay que tener en cuenta algunos datos y a partir de ellos se puede hacer una evaluación. En primer lugar hay que ver cuánto tiempo ha durado el dolor (horas, días o semanas), la temperatura que tiene el niño (si hay fiebre es diferente que sin el cuadro se presente sin ella), si hay presencia o ausencia de vómitos, cómo son las deposiciones, el estado general del niño, si ha tenido golpes y las características del dolor.
Teniendo estos datos hay que destacar la frecuencia o gravedad del dolor:
– un dolor abdominal agudo es aquel de corta evolución y de intensidad suficiente como para impedir la vida normal del niño.
– un dolor abdominal recurrente se define como la existencia de tres o más episodios de crisis de dolor abdominal, que alteran la vida del niño, en un periodo de tiempo de tres meses o más.
¿Qué se debe hacer ante?
Se puede intentar aliviar con un masaje abdominal o con paños calientes. Conviene invitarlo a defecar pues muchas veces lo calma. Están contraindicados, en principio, todos los medicamentos antiespasmódicos y analgésicos.
Por otro lado, si se presenta alguno de estos síntomas es importante buscar ayuda lo antes posible.
En el dolor agudo:
- El niño tiene aspecto de estar enfermo: pálido, se mueve poco, el llanto es débil y se queja. Puede estar frío, sudoroso o con temblor.
- Ha tenido un traumatismo en la zona abdominal recientemente.
- Se acompaña de vómitos repetidos.
- El dolor es muy localizado y persistente.
- El dolor va de menos a más. Le obliga a estar inmóvil o a andar con dificultad.
- Hay sangre en las heces (este dato tiene menos valor cuando el niño tiene diarrea).
- En el menor de 3 años son signos de invaginación intestinal: episodios de dolor abdominal (o llanto intenso) acompañados de sudoración o palidez, con intervalos de tranquilidad o adormecimiento de 15 ó 20 minutos. Pueden aparecer vómitos y heces gelatinosas sanguinolentas.
En el dolor abdominal recurrente. No suelen existir motivos de consulta urgente (salvo que el dolor sea diferente de lo habitual).