Hijos

8 errores de disciplina que comentemos los padres

Muchas veces como papás nos vemos diciendo cosas como “si no haces esto no vamos a salir” lo que se nos viene en contra inmediatamente pues no somos capaces de cumplir el castigo. Aquí les dejamos 8 errores de disciplina que a veces cometemos y formas en que podemos solucionarlos.

1.- Decir mentiras para que nuestros hijos hagan cosas: muchas veces decimos cosas para asustar a nuestros hijos y así hagan las cosas como por ejemplo que si no hacen las tareas los va a venir a buscar el viejo del saco o el cuco, entre otros. El problema es que esas mentiras después pueden venirse en contra nuestra causando consecuencias no agradables.

Lo mejor que podemos hacer es ser honestos, dice Bonnie Maslin autora del libro “Escogiendo tus batallas”, uno puede decir a los niños cosas como “Sé que te da lata hacer tus tareas, a mi también me aburre ir a trabajar de vez en cuando” Es ser empático pero sin permitir que no haga lo que debe hacer.

2.- Echarse para atrás: hace unos días estaba en la casa de una amiga y su hija le quitaba los juguetes a mi hija, cualquiera que mi hija tomara era rápidamente tomado por la otra niña. Su mamá le decía “Si no le devuelves el juguete lo voy a botar” pero seguía conversando como si nada, por lo que claramente perdía credibilidad y era visto por su hija como que su mamá se echaba para atrás en el castigo que estaba ofreciendo.

Aunque no es agradable ser el malo de la película cuando nuestros hijos hacen algo malo tiene que tener una consecuencia. Cuando decimos “si lo sigues haciendo” nuestros hijos subentienden que pueden hacerlo un par de veces más antes de que me hagan dejar de hacerlo. Es mejor dar una advertencia y si el niño lo hace otra vez se lleva a cabo la consecuencia inmediatamente como dejarlo un tiempo sin jugar. Si la conducta persiste debes quitar la actividad. La siguiente vez que tu hijo comience con el mismo comportamiento, un pequeño recordatorio hará que deje de hacerlo.

3.- Desautorizar al papá o a la mamá: Muchas veces uno de los padres da una consecuencia a sus hijos y cuando estos van donde el otro consiguen que se suspenda.

Es importante ser un equipo en la educación de nuestros hijos, eso ayuda a que los niños se porten mejor y a evitar que uno de los dos sea siempre el malo de la película. No necesitan usar las mismas consecuencias pero si debe haber consecuencias para los mismos actos. Cuando los niños no estén presentes hagan una lista de las reglas y las posibles consecuencias que romperlas puede traer, así es más fácil ser equipo.

4.- Sobornar a nuestros hijos muy seguido: todos caemos en ofrecer recompensas para que nuestros hijos hagan las cosas. “Si te comes toda la comida te doy un chocolate” es un clásico pero que una vez establecido los hijos empiezan a demandar la recompensa cada vez que comen.

Una mejor manera de hacerlo según los expertos es reforzando el buen comportamiento. Decir por ejemplo “estoy orgulloso de lo bien que te portaste hoy a la hora de comer donde la abuela” y decir “estoy muy triste que hayas roto el regalo que te di” hace que el niño se sienta suficientemente mal por su comportamiento, te puede doler decir eso pero ayuda a que tu hijo vaya desarrollando su conciencia.

5.- Romper las propias reglas: la mamá de Ana cuenta que cuando su hija de 2 años hacía algo mal ella tomaba su mano y le golpeaba diciendo que eso no se hacía. Eso no era problema hasta que la profesora del jardín la llamó porque su hija golpeaba en la mano a los niños cuando le quitaban algo o la saltaban en la fila. La mamá no tenía cómo decirle a su hija que eso estaba mal pues ella estaba haciendo lo mismo. Finalmente cambió la forma de llamarle la atención.

Una mejor forma de hacerlo es tener cuidado con el comportamiento que uno mismo tiene en la casa y que todos sigan las reglas que están impuestas.

6.- Perder la paciencia: cuidar a un niño pequeño requiere de mucha paciencia. El problema es que varias veces la perdemos y terminamos gritándole a nuestros hijos o haciendo cosas de las que después nos arrepentimos.

Una mejor forma de hacerlo es tener presente que los “tiempo fuera” no son solo para los niños, también funcionan para los adultos y es bueno darse permiso de salir de la habitación, respirar profundo, contar hasta 10 o lo que sea necesario para relajarnos. Una vez calmados nuestra manera de disciplinar a nuestros hijos será muchísimo más efectiva. Recuerden que los niños son expertos en apretar los botones que nos hacen enojar pero si somos capaces de evitar que la situación vaya subiendo de nivel dando una advertencia y después una consecuencia inmediata puede ayudar a que los dos se calmen.

7.- Esperar mucho tiempo: Hay veces que damos castigos que serán llevados a cabo mucho rato después “Si no te portas bien no voy a leerte un cuento en la noche”. Los niños no recuerdan lo que hicieron mal una hora después de haberlo hecho.

Una mejor forma de hacerlo es mostrar las consecuencias de los actos tan pronto como sea posible, Si tu hijo le pega a un niño con el camión de juguete no le digas que no va a ir a jugar al día siguiente.

8.- Hablar y hablar… y hablar: hay algunos padres que tienden a dar largas explicaciones a sus hijos de por qué deben hacer algo y las consecuencias positivas que esto puede traerle. Pero para los niños pequeños eso es casi chino.

Una mejor forma de hacerlo es tener presente que los niños no son mini adultos. Las explicaciones largas pasan de largo para los niños. Decir: “no hay galletas antes de la comida” es suficiente para dar a entender un punto, no es necesario dar la explicación de cómo los dulces arruinan el apetito. Hay que preocuparse de mantener un vocabulario adecuado a la edad del niño también, se pueden usar términos complejos siempre y cuando se le explique al niño que quiere decir.

(Basado en parenting.com)

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